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El día había llegado, era sábado por la mañana y Alex y Saúl tendrían su cita.
Verónica y Alex saldrían temprano, según los cálculos de Verónica preparar a Alex le tomaría como una hora y media, Alex insistía en que podía hacerlo solo pero no lograba convencer a su hermana mayor, ella sospechaba que si dejaba sola a Alex podía arrepentirse y no presentarse a la cita, no iba a permitir eso.
-¿Ya estas listo? – preguntó Verónica mientras golpeaba a la puerta del cuarto de Alex.
-Sí, ya voy –respondió Alex al rato que iba abriendo la puerta.
-¿Te pusiste lo que te dije?
-Sí –Verónica le había "sugerido" que se pusiera la ropa interior que le había comprado la semana pasada – Pero ¿es necesario que me lo ponga desde ya? Se siente muy incómodo.
-Por eso mismo, para que te vayas acostumbrando.
Alex estaba usando el calentador del colegio y le daba la impresión de que este era muy delgado y dejaba entre ver la inconfundible forma de la ropa interior femenina, se resigno a salir así, afortunadamente la chompa del calentador le quedaba algo grande por lo que se la puso y la cerró hasta el cuello, rogaba que con esto puesto nadie notaria lo que usaba.
-Esta haciendo calor, sería mejor que quitaras la chompa.
-No, así estoy bien.
-Bueno, al fin y al cabo después te vas a cambiar de ropa – Verónica revisaba la maleta en que llevaba todo lo que usaría Alex en la cita, estaba catalogándolo todo para verificar que no faltaba nada- creo que estamos listas, vámonos.
Bajaban por las escaleras, Verónica hablando de lo que harían apenas llegaran al Centro Comercial, Alex escuchando y asintiendo.
-Ya volvemos, la bendición mamá – gritó Verónica mientras cruzaban la sala.
-Dios les bendiga mijos, vendrán pronto – Se le oyó desde la cocina a su mamá desde la cocina.
-Ya se van las señoritas de compras –dijo Andrés, el hermano mayor, que miraba la tele recostado en el sofá.
-No jodas, huevón –replicó Alex.
-¡Chá! ¡Pero si! Ya les he dicho que no se traten así –Dijo mamá mientras alzaba la voz- sigan así ya van a ver como les va.
-Cara de niña –Le dijo Andrés a Alex en un tono muy bajo
.
-Carehuevo – Le respondió Alex en el mismo tono mientras era jalado hacia la puerta por Verónica.
Salieron y Andrés siguió mirando la tele, había molestado a su hermano desde hace años y hoy había sido como tantas otras, pero por algún motivo esta vez le pareció raro, algo era diferente.
Verónica y Alex saldrían temprano, según los cálculos de Verónica preparar a Alex le tomaría como una hora y media, Alex insistía en que podía hacerlo solo pero no lograba convencer a su hermana mayor, ella sospechaba que si dejaba sola a Alex podía arrepentirse y no presentarse a la cita, no iba a permitir eso.
-¿Ya estas listo? – preguntó Verónica mientras golpeaba a la puerta del cuarto de Alex.
-Sí, ya voy –respondió Alex al rato que iba abriendo la puerta.
-¿Te pusiste lo que te dije?
-Sí –Verónica le había "sugerido" que se pusiera la ropa interior que le había comprado la semana pasada – Pero ¿es necesario que me lo ponga desde ya? Se siente muy incómodo.
-Por eso mismo, para que te vayas acostumbrando.
Alex estaba usando el calentador del colegio y le daba la impresión de que este era muy delgado y dejaba entre ver la inconfundible forma de la ropa interior femenina, se resigno a salir así, afortunadamente la chompa del calentador le quedaba algo grande por lo que se la puso y la cerró hasta el cuello, rogaba que con esto puesto nadie notaria lo que usaba.
-Esta haciendo calor, sería mejor que quitaras la chompa.
-No, así estoy bien.
-Bueno, al fin y al cabo después te vas a cambiar de ropa – Verónica revisaba la maleta en que llevaba todo lo que usaría Alex en la cita, estaba catalogándolo todo para verificar que no faltaba nada- creo que estamos listas, vámonos.
Bajaban por las escaleras, Verónica hablando de lo que harían apenas llegaran al Centro Comercial, Alex escuchando y asintiendo.
-Ya volvemos, la bendición mamá – gritó Verónica mientras cruzaban la sala.
-Dios les bendiga mijos, vendrán pronto – Se le oyó desde la cocina a su mamá desde la cocina.
-Ya se van las señoritas de compras –dijo Andrés, el hermano mayor, que miraba la tele recostado en el sofá.
-No jodas, huevón –replicó Alex.
-¡Chá! ¡Pero si! Ya les he dicho que no se traten así –Dijo mamá mientras alzaba la voz- sigan así ya van a ver como les va.
-Cara de niña –Le dijo Andrés a Alex en un tono muy bajo
.
-Carehuevo – Le respondió Alex en el mismo tono mientras era jalado hacia la puerta por Verónica.
Salieron y Andrés siguió mirando la tele, había molestado a su hermano desde hace años y hoy había sido como tantas otras, pero por algún motivo esta vez le pareció raro, algo era diferente.
Luisa
- Disculpe señorita.
Luisa se paralizó cuando oyó la voz de aquel hombre, su traje negro parecía costoso y de diseñador, camisa blanca, corbata azul, y un pañuelo con borde dorado aparecía en el bolsillo de la chaqueta.
- Disculpe señorita, -repitió el hombre, parecía como de treinta y tantos, corpulento, al menos de un metro noventa de alto-. Creo que esto le pertenece. -Extendió la mano mostrando un monedero.
Luisa al verlo reviso de inmediato su bolso y confirmó que sí era el suyo. Observó el monedero un momento y luego dirigió la mirada expectante al hombre que
Alex y Saul Epilogo
- Es rosado -se quejó Alex al ver su imagen en el espejo.
- Tiene que ser rosado. -Mamá subía la cremallera ubicada en la parte de atrás del vestido-. Es tu fiesta de quince.
- Ya, pero recuerdo que el vestido de Verónica era más... moderno y más oscuro, este es pastelazo, parece el que le ponen a esas muñecas.
- Es que tú eres una muñeca -dijo Verónica mientras le colocaba en el cabello una peineta que tenía como adorno una gran flor rodeada de otras flores más pequeñas, todas igual de rosa que el vestido-. Es tu estilo.
Aquella fiesta era l
Alex y Saul (26)
Daban las seis y quince, el sol comenzaba a ocultarse, la pareja de enamorados se dirigían a la casa de Alex y las luminarias a ambos lados de la calle parecían encenderse a su paso. Saúl tenía muchas ganas de tomarle de la mano a Alex pero no se atrevía a hacerlo debido a que su pequeño tigre ya no vestía las prendas femeninas, lo que quedaba aquellas ropas estaban dentro de un mochila que él llevaba al hombro, lo que Alex tenia puesto era una camiseta y un pantalón que le prestara Saúl, ambas le quedaban grandes, la camiseta casi hasta las rodillas y el pantalón era tan largo que le tuvo que hacer varios dobladillos a las vastas, por calzad
Alex y Saul (25)
Alex había estado tantas veces en la casa de Saúl que ya conocía la mayor parte de esta, sabía que la mama de Saúl guardaba todas las bolsas plásticas en las que traía las compras del supermercado en la última gaveta del mueble de la cocina, tomo una pequeña transparente la lleno de cubos de hielo que tomo del congelador y se la llevo a su novio que estaba sentado en medio del sofá de la sala.
-Un día de estos te voy a enseñar a pelear -dijo mientras le colocaba la bolsa con hielo en la parte de la cabeza donde recibió el golpe.
-Auch -Saúl se quejó al sentir el frio contacto de la bolsa- me hubiera gustado poder defenderte.
-Está bien, lo
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Comments5
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>w< ya volví a leer, me desapareci un tiempo jejeje
OwO esperemos que Alex-kun tenga suerte en su cita
OwO esperemos que Alex-kun tenga suerte en su cita